Con la ayuda del Very Large Telescope (VLT) que tiene el Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, un equipo internacional de investigadores ha detectado, por primera vez, una cicatriz o costra metálica impresa en la superficie de una estrella enana blanca (los restos ardientes de estrellas como la nuestra que se van enfriando lentamente). Se trata de una firma única del proceso que ocurre cuando muere una estrella similar al Sol y se “traga” los planetas circundantes y los asteroides que nacieron con ella.