Observaciones del telescopio espacial han permitido a un equipo de astrónomos determinar la composición atmosférica de este exoplaneta gigante, que contiene metano, agua y monóxido de silicio. Los datos indican también que se formó en una región lejana y fría, con abundancia de hielo y metano, antes de migrar hacia su actual órbita, muy próxima a su estrella.