Las fumarolas son unas estructuras geológicas que se forman en los fondos oceánicos debido a un ciclo del agua muy particular. Este viaje comienza cuando el agua marina se infiltra en la corteza terrestre a través de fracturas del terreno y empieza a circular por el interior del subsuelo donde se calienta, muchas veces debido a que pasa cerca de depósitos magmáticos, pudiendo alcanzar temperaturas superiores a los 300ºC. Con estas temperaturas, el agua es capaz de captar los elementos químicos que componen las rocas que atraviesa en su viaje subterráneo, llevándolos disueltos con ella. Cuando se topa con nuevas fracturas, el agua asciende y vuelve a salir al fondo marino, liberando entonces los gases y minerales que arrastraba, los cuales, tras sufrir un enfriamiento muy brusco al contactar con el agua oceánica, precipitan formando unas estructuras tubulares que pueden alcanzar varios metros de altura.