Hay muchas historias, algunas reales y algunas ficticias y algunas que se quedan el limbo entre ambos mundos, que comienzan con el descubrimiento de un exótico objeto interestelar que visita nuestro sistema solar. A los que pertenecen al mundo real los hemos bautizado como 1I/2017 U1 u Omuamua, C/2 019 Q4 o 2I/Borisov y C/2025 N1 o 3I/ATLAS. Al más conocido de todos los ficticios como 31/439 o Rama. Y en el limbo queda nuestro deseo inevitable de que alguno de los primeros sea, en realidad, de la misma naturaleza que el último.