Desde los inicios de la carrera espacial en 1957, el firmamento estrellado se ha visto perturbado por los tránsitos periódicos de los satélites artificiales. Hoy en día su número se ha multiplicado de tal manera que ha sido fuente de preocupación creciente de los astrónomos profesionales.
Recientemente, la Unión Astronómica Internacional preguntó a la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (COPUOS, por sus siglas en inglés), un organismo clave de la ONU, acerca de si la observación astronómica puede considerarse una forma de exploración del espacio exterior. Y ha tenido una respuesta legal positiva.