¿Cómo sería la arquitectura de una misión para buscar vida en los océanos eternamente oscuros de Europa o Encélado? Quizá esto sea una sorpresa: es muy difícil, pero factible sin demasiados saltos tecnológicos.
Europa, luna de Júpiter, Encélado, luna de Saturno, y algunas más de las grandes lunas del sistema solar exterior tienen una superficie de hielo de agua. Bajo ella, las evidencias físicas permiten deducir la existencia de un océano, también de agua. Kilómetros más abajo, quizá más de 100, podrían existir volcanes, similares a los de la luna Ío. Las fuerzas de marea que induce la gravedad de los planetas gigantes sobre las lunas es suficiente para mantener sus núcleos fundidos.