Cada pocos millones de años se produce el encuentro fortuito de alguna estrella con el sistema solar. Si se trata de una estrella con masa significativa, puede introducir perturbaciones gravitatorias que afectarían a la evolución dinámica de los planetas. La Tierra no escaparía a estos efectos.

Ahora un estudio ha encontrado evidencias del efecto del encuentro de una estrella con el sistema solar, alterando la órbita de la Tierra y, posiblemente, su clima.