En lugares sin contaminación lumínica, podemos ver la Vía Láctea como una banda de estrellas difusa en el horizonte. La comunidad astronómica también la observa y estudia con detalle en distintas longitudes de ondas, pero desde ahora va a contar con un nuevo tipo de ‘lente’: los neutrinos.
Por primera vez, el observatorio de neutrinos IceCube, un gigantesco detector de un kilómetro cúbico construido bajo la estación Amundsen-Scott del Polo Sur, ha producido una imagen de nuestra galaxia utilizando esos mensajeros astronómicos diminutos y fantasmales.
Los miembros de esta colaboración internacional, integrada por más de 350 científicos, presenta en la revista Science pruebas de la emisión de neutrinos de alta energía procedentes de nuestra galaxia.