Los planetas exteriores del Sistema Solar están plagados de lunas cubiertas de hielo. Se sabe que algunas de ellas, como Encélado, la luna de Saturno, albergan océanos de agua líquida entre la capa de hielo y el núcleo rocoso, y podrían ser los mejores lugares de nuestro sistema solar para buscar vida extraterrestre. Un nuevo estudio publicado el 24 de noviembre en Nature Astronomy arroja luz sobre lo que podría estar sucediendo debajo de la superficie de estos mundos y proporciona información sobre cómo pueden haberse formado sus diversas características geológicas. “No se sabe si todos estos satélites tienen océanos, pero sabemos que algunos sí”, afirmó Max Rudolph, profesor asociado de ciencias terrestres y planetarias de la Universidad de California, Davis, y autor principal del artículo. “Nos interesan los procesos que configuran su evolución a lo largo de millones de años, lo que nos permite reflexionar sobre cómo sería la expresión superficial de un mundo oceánico”. Desde montañas hasta terremotos, la geología de la superficie terrestre se ve impulsada por el movimiento y el derretimiento de las rocas en las profundidades del planeta. En las lunas heladas, la geología se ve impulsada por la acción del agua y el hielo.

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