No puedes verlo ni sentirlo, pero todo lo que te rodea –incluido tu propio cuerpo– se encoge y se expande lentamente. Se trata del extraño efecto de las ondas gravitatorias que atraviesan nuestra galaxia y que distorsionan el espacio-tiempo. según un nuevo estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.
Los autores pertenecen al Observatorio Norteamericano de Nanohercios para Ondas Gravitacionales (NANOGrav), una colaboración internacional de más de 70 instituciones, sobre todo de EE UU, con financiación de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) de ese país.
Para realizar el estudio, el equipo realizó un análisis de estrellas incandescentes conocidas como púlsares de milisegundos, que giran cientos de veces por segundo y emiten pulsos de radio como tics de relojes cósmicos de gran precisión.