En los mitos de la creación de muchas culturas, desde la antigua Mesopotamia hasta el Libro del Génesis, desde los inuit del norte congelado hasta el pueblo Kuba del Congo, el mundo comenzó con las aguas primordiales sin forma. A menudo están asociadas con el caos y el desorden, de los que emergen la tierra seca, el orden y la vida, con la ayuda de un dios creador. Sin embargo, estas historias nunca se preocupan por explicar el origen de esta mítica agua primigenia.
Los científicos planetarios modernos, por su parte, tratan de explicar el origen físico del H2O de la Tierra, y proponen cometas y asteroides cargados de hielo como la fuente del abundante suministro de agua del planeta. Pero un nuevo estudio publicado en Science ha analizado la composición de un tipo raro de meteorito y sugiere que gran parte de nuestra agua puede haber estado presente en los bloques de construcción del planeta desde su creación.