Más del 70% de las estrellas de la Vía Láctea son enanas M, también conocidas como enanas rojas. En comparación con el Sol, estas estrellas, además de ser más frías y poco brillantes, tienen vidas muy largas. Si bien estrellas como la nuestra arden durante unos 10.000 millones de años antes de convertirse en gigantes rojas, las enanas M siguen brillando durante 100.000 millones de años o más, lo que puede significar una ventana aún más larga para que la vida se desarrolle.