Mientras el programa Apolo estaba en su pico de gloria, la Unión Soviética intentaba reorientar sus prioridades usando el programa de sondas automáticas. A pesar de que los programas tripulados 7K-L1 y N1-L3 todavía no se habían cancelado, la URSS decidió apostar fuerte por las sondas Ye-8 (Е-8 en cirílico) para poner sobre la superficie lunar los rovers Lunojod y las sondas de retorno de muestras Ye-8-5 (y, posteriormente, su versión mejorada Ye-8-5M). Pero la oficina de diseño OKB Lávochkin a cargo de Gueorgui Babakin y encargada de estas sondas, decidió proponer otros proyectos más avanzados. Uno de ellos fue el observatorio astrofísico lunar Ye-8-3, un proyecto del que solo desde hace unos años conocemos sus detalles técnicos.