Los científicos que utilizan el telescopio espacial James Webb de la NASA acaban de hacer un descubrimiento revolucionario que revela cómo se forman los planetas. Al observar el vapor de agua en los discos protoplanetarios, Webb confirmó un proceso físico que supone la deriva de sólidos cubiertos de hielo desde las regiones exteriores de los discos hacia su interior, en la zona de los planetas rocosos.

Desde hace mucho tiempo se ha propuesto que los guijarros de hielo que se forman en las frías regiones exteriores de los discos protoplanetarios —la misma región donde se originan los cometas en nuestro sistema solar— deberían ser las semillas fundamentales de la formación de planetas. El principal requisito que deben cumplir estas teorías es que los guijarros deberían desplazarse hacia el interior hasta la región cercana a la estrella debido a la fricción dentro del disco gaseoso, llevando sólidos y agua a los planetas.